Viernes de Pecado (Spanish Edition) by Álvarez Mar

Viernes de Pecado (Spanish Edition) by Álvarez Mar

autor:Álvarez, Mar [Álvarez, Mar]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2018-01-31T16:00:00+00:00


Capítulo 23

Demostración de Testosterona

—Otra vez no… Esto no me puede estar pasando a mí…

Por delante, Sergio.

Por detrás, Alex.

Aquello se estaba convirtiendo en una auténtica pesadilla.

—Hola, Alana, por fin estás de vuelta —la saludó su compañero José Antonio desde una mesa cercana—. No habías hecho más que marcharte cuando vino este señor preguntando por ti —comentó señalando a Sergio.

En el rostro de él se podía leer también el asombro por encontrarla allí. Si era genuino, o no, Alana no supo adivinarlo.

—¿Alana? ¿Qué haces aquí? —Una sonrisa empezó a asomar a sus labios, hasta que sus ojos se centraron en el hombre que tenía detrás de ella y que la sujetaba por la cintura con tanta familiaridad. Al darse cuenta de dónde se posaba su mirada, Alana cogió la mano que la rodeaba y la apartó de su cuerpo como si le quemara.

Se acercó hasta él y lo enfrentó con los brazos puestos en jarra.

—No puedo creer que Vero te haya dicho dónde trabajo…

—¿Vero?

—Estás aquí por su culpa, ¿no?

—No sé nada de ella desde el día de las piraguas.

—Oh, no me lo creo. —Alana bufó con fuerza, aunque sonaba sincero—. Esto ya es demasiado.

Harta de cómo se estaba desarrollando su regreso al trabajo, pasó por el lado de Sergio y se encerró en su despacho de un portazo. Se dejó caer contra la puerta como si pudiera bloquearla con su cuerpo. Toda la paz que había llegado a encontrar durante su semana de vacaciones, se había ido al garete en cuestión de quince minutos.

Mierda. Había dejado a esos dos juntos en la otra sala. Sólo faltaban que encima se presentasen y hasta se acabaran haciendo amigos. Que con la suerte que tenía…

Lanzó su bolso de cualquier manera sobre su mesa y salió rauda de vuelta a la sala principal del departamento. En aquel momento, José Antonio estaba saludando a Alex.

—¿Otra vez por aquí, Alex? —le decía con camaradería—. ¿Qué mosca te ha picado para que últimamente te dejes caer tanto por Deportes?

—Nada. Tengo que tratar un asunto privado con Alana… —contestó restando importancia a su presencia allí, nada habitual hasta entonces—. Pero veo que ya hay alguien esperándola, así que, si no te importa, avísame cuando termine y vuelvo enseguida.

Los ojos de la chica volaron hacia Sergio, que parecía escudriñar con detenimiento al hombre que tenía enfrente.

«Por favor, Dios mío, que no se de cuenta, que no se de cuenta…»

—Vale, no te preocupes, yo te aviso en cuanto se quede libre. ¿Vas a quedarte un rato más por aquí o te llamo a Urbanismo cuando acabe? —le decía el otro tonto . ¿Acaso ella le había dado permiso para concretar una reunión en su nombre?

Antes de que acordaran nada sin preguntarle, se encargó directamente de dejar zanjado el asunto.

—Hoy no puedo atenderte —comentó dirigiéndose a Alex, pero omitiendo su nombre delante de Sergio—. Ya te he dicho que tengo demasiado trabajo atrasado.

—¿Mañana entonces?

—También tendré mucho trabajo.

Una sonrisa ladeada se pintó en su rostro casi perfecto.

—Deberías saber que puedo resultar muy insistente, preciosa… —dijo con voz insinuante, como si no hubiera nadie más delante.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.